El encarecimiento de los créditos está provocando preocupación en el sector financiero, que teme aumente la morosidad en los pagos de los deudores.
En 2022, el costo de adquirir un crédito se encareció hasta 10.5 por ciento, casi el doble de cómo inició el año pasado, de acuerdo con un reporte del periódico El Economista.
Los incrementos de las tasas de interés dictados por el Banco de México (Banxico) han sido los más altos de los últimos 22 años y se estima que en febrero de 2023 se registre otro ajuste al alza.
La Asociación de Bancos de México estima que entre octubre de 2021 y octubre de 2022 los créditos personales reportaron un alza de casi tres puntos porcentuales, ubicándose en un CAT de 42.19 por ciento.
Frente a este panorama, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) prevé que el aumento de las tasas de interés y el alza en la inflación podrán tener un impacto negativo en el pago de créditos, pues las personas físicas tendrán problemas para liquidarlos.
De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el índice de morosidad se ubicó en 2.12 por ciento en octubre del año pasado.
Coperva, empresa dedicada a la recuperación de cartera, advierte que los morosos están argumentando falta de empleo e incertidumbre económica para el pago de sus créditos, por lo que están priorizando sus gastos corrientes mensuales.
Para las instituciones de préstamos se recomienda tener un control preciso de la puntualidad de los pagos de sus clientes, informar oportunamente a su cartera de las fechas de pago, y realizar un seguimiento oportuno de su cartera.
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